Rosario Castellanos
Vals Capricho (fragmento)
" La civilización, que todo lo destruye, minó aquel prestigio que parecÃa inconmovible. Primero llegaron a Comitán las pianolas que hasta un niño podÃa hacer funcionar. Después hubo una epidemia de gramófonos que prescindÃan hasta de los ejecutantes. La estrella de Natalia se opacó. Su madurez vino a encontrarla inerme y su decadencia la hizo despeñarse hasta las lecciones particulares. Sus alumnas eran hijas de las buenas familias, empobrecidas por la Revolución y arruinadas definitivamente por el agrarismo. Como no estaban ya en posibilidades de adquirir ningún aparato moderno, se apegaron con fanatismo a unas tradiciones que, bien contadas, se reducÃan a los rudimentos del solfeo, la letra redonda, uniforme y sin ortografÃa y el bordado minucioso de iniciales sobre pañuelos de lino. "
Ernest Hemmingway
Las Verdes Colinas de Ãfrica (Fragmento)
Los buenos escritores son destruidos en su paÃs y sus talentos marchitados por exceso de ambición, por los elogios desmedidos, por sus pretensiones de intelectualismo y de superioridad. (...)
En cierta época de sus vidas, los escritores suelen convertirse en lÃderes. ¿ A quiénes conducen? Poco importa. Si no tienen discÃpulos los inventan. Y es inútil que aquellos que han sido escogidos como discÃpulos, protesten. En este caso se los acusa de deslealtad... Hay otros que ensayan salvar su alma con 10 que escriben. Es un medio fácil. Otros, todavÃa se arruinan por la primera suma de dinero recibida, la primera alabanza, el primer ataque, la primera vez que descubren que no pueden escribir, o bien se asustan e ingresan a asociaciones que piensan en lugar de ellos. (...)
Piojos de la literatura, gusanos para anzuelo, metidos en una botella, que tratan de derivar conocimientos y alimento de su propio contacto. " Federico GarcÃa Lorca
La casa de Bernarda Alba (fragmento)
" No me toques!, no quieras ablandar mis ojos... aunque quisiera verte como hermana, no te miro ya más que como mujer.
Todo el pueblo contra mi, quemándome con sus dedos de lumbre. Y me pondré la corona de espinas que llevan las que son queridas de algún hombre casado. "